La Revelación: Amar en sueños (IX)

El monovolumen familiar, corría entre chirridos y olor a goma quemada. En las rotondas alcanzaba unas inclinaciones muy pronunciadas. Ese tipo de conducción consiguió asustar a Elsa que gritó a su hermano por encima del ruido del motor:

-Eric, relájate. No nos persiguen. Nadie va a por nosotros. Si sigues así, lograras matarnos. Él solo la mira por el rabillo del ojo y acelera aún más para adelantar un camión cisterna.

-Tranquila, hermanita. Este trasto es demasiado pesado para volcar. ¿Cómo está Sandra?

Eric lanza la pregunta mientras toca el claxon azuzando una furgoneta para que cambie al carril derecho. En el asiento del copiloto, Elsa se muerde el labio y está asustada. Enrique, esta sentado en el asiento del medio, mira a Sandra que está con la cabeza apoyada en su regazo, y contesta a su hijo:

-El sedante ha sido una buena solución. Estaba demasiado alterada para poder cooperar en su fuga del psiquiátrico. El profesor acaricia el pelo de la muchacha, dejando al descubierto la cara que parece relajada.

-Siento mucho todo lo ocurrido, pequeña. No era ese el plan.

El profesor levanta la cabeza y se dirige a su hijo:

-Eric. Haz el favor de obedecer a tu hermana y limítate a llevarnos hasta donde esta esperando tu madre con seguridad. Si no nos matamos, la policía nos detendrá por conducción temeraria.

El muchacho mira a los ojos de su padre con el retrovisor, sonríe y burlón, contesta:

-Papá, jamás serás un buen espía. Esto de planear fugas no es lo tuyo, pero acepto la orden.

El monovolumen disminuye la velocidad hasta llegar a la permitida.

-¿Qué haremos con ella?

Elsa se gira hacía atrás mirando el cuerpo de Sandra, que sigue en posición fetal con la cabeza ladeada y su respiración apenas es perceptible. El profesor vuelve acariciar el pelo de la muchacha:

-Primero, hay que llegar con seguridad al laboratorio. Todo el equipo esta listo, una vez allí, habrá que escanear su memoria.

-Y ¿Qué pasará después?

El profesor tarda unos momentos en contestar.

-Todos los archivos infiltrados serán destruidos. También modificaremos los recuerdos de los últimos meses excepto el porque de su locura.

Enrique toca el hombro de Eric:

-Finalmente, tendremos la boda tal y como estaba previsto. Eric ladea un poco la cabeza para hablar con su padre:

-Pero, papá. ¿Qué hay del resto de implicados? Ya sabes: El doctor Rialta, el personal del psiquiátrico, los padres de Sandra. Todos ellos saben de sus delirios.

El profesor saca su PDA, y la entrega a Elsa, esta mira la pantalla de la misma, mientras su padre expone su plan:

-He hablado con el profesor Yamakasi. Él puede cambiar los datos de su cuadro médico para hacerles creer que se trató de una alienación causada por un tóxico en su sangre.

Elsa se asombra de lo que ha visto en la pantalla.

-¿Vas a usar como coartada a tu empresa?

Su padre afirma con la cabeza y sigue con la exposición de su plan:

-Cuando descubrimos que la enfermedad mental de Sandra era por culpa de su visita a mi laboratorio hace tres meses, la directiva y yo mismo quisimos taparlo, para evitar el escándalo. Pero al descubrir que podíamos... "limpiarla" sin que la prensa nos ofreciera su espectáculo de bombo y platillos, decidimos sanar nuestro error. Todo con discreción.

Eric toma una carretera secundaria, poco después se detiene en la entrada a un vial privado de tierra, donde espera un coche utilitario de color verde metalizado. En el interior se encuentra la madre de este.

Cuando Eric abre la puerta corredera para ayudar a Enrique, su madre sale del coche:

-Estáis locos! No sé como me convencisteis para esto. Eric dame las llaves del monovolumen y salid del medio!

El chico acomoda a su prometida en el asiento trasero, mientras su padre sube por la otra puerta. Elsa se instala en el asiento del conductor.

-La tienes puestas, mamá! Nos vemos en casa. Tranquila tu solo hazte la tonta con los padres de Sandra o con la policía. Recuerda: Tú te fuiste a casa directa porque no podías ver a Sandra ni un segundo más. Y no añadas adornos.

-Id con cuidado. Enrique, ya hablaremos en casa. ¡Esta es la última vez que juegas con nosotros en nombre de la ciencia!

Eric se aproxima a la ventanilla del conductor:

-¡Sal de ahí! Yo soy el chofer de la operación.

-¡Ni lo sueñes! Casi me da un sincope por tu conducción agresiva. Ahora siéntate a mi lado. Y ni se te ocurra tocar la radio.

Eric muestra sus manos en señal de rendición y sube al coche.

-El cinturón, Eric.

-¡Oh, vamos!

-Elsa tiene razón, Eric. El cinturón.

-Pero, papá!

Su padre acomoda a la chica y le coloca el cinturón. Sandra da un suspiro y se revuelve sin despertarse.

-No solo es por el riesgo de accidente.Tenemos una chica en calidad de rehén, si nos paran por tu culpa, se acabó todo.

-Vale, papá. Pero a la vuelta me dejáis elegir emisora.

Pocos minutos después de iniciar la marcha hacía el laboratorio del profesor Enrique, Eric recibe una llamada en el móvil.

-Ya están aquíiiii!

-¿Qué dices?

-El padre de Sandra. Esta llamándome. Ahora viene mi papel de "yo no sé nada".

Eric abre su teléfono con el manos libres puestos.

Una voz grave brama a través del altavoz:

-¿Dónde esta mi hija, cabrón?

-Hola a ti también, Alfredo. ¿A qué viene ese humor de perros?

-Lo sabes de sobra, mierdecilla. ¿Que has hecho con Sandra?

-Nada. ¿Qué ocurre?

Alfredo sube más la voz:

-No me mientas más! Eres un hijo de la gran...!

-Ehhh! Alfredo. ¿Qué diablos, te ocurre? ¿Qué le ha ocurrido a Sandra?

-No te hagas el tonto conmigo, Eric! El doctor Rialta me ha llamado, diciendo que toda la familia habéis estado de visita. Durante la misma habéis sacado sin autorización a mi hija, aprovechando un intento de motín de los pacientes. ¡Devolved a mi hija al hospital, mamonazos!

-Oye Alfredo. En primer lugar, cálmate. Tengo el manos libres puesto, mi padre y Elsa, te están escuchando. En segundo lugar, es cierto que estábamos de visita, pero mi madre se ha comportado de una forma... indebida. Eso ha provocado un malestar en Sandra y la hemos acompañado a su habitación, donde el doctor Rialta la ha sedado. Luego, nos hemos ido. Dices, ¿Qué no esta en su habitación?¿Se ha fugado?

-Me tomas el pelo, Eric. El doctor, confirma que él la ha sedado, pero después os ha dejado a solas con ella. Al calmar el tumulto de los pacientes, ha vuelto para ver como estaba Sandra y solo ha encontrado su camisón en el suelo. Si eso significa que te la has llevado para acabar lo que no hiciste, te mataré!

-¿Qué significa eso?

-Significa que empiezo a creer a mi hija, en lo de la violación. Eres un canalla y tu familia unos mal nacidos.

Enrique coge el móvil de su hijo:

-Alfredo, soy Enrique. Quiero que te tranquilices. Escúchame con calma: Nosotros no tenemos a tu hija. Pero sé quién ha sido el responsable.

-¿Enrique, de que coño hablas?!

-Verás, tengo que confesarte algo, Alfredo: Tu hija sufrió un accidente hace tres meses en mi laboratorio. Se intoxicó con un gas nervioso. De ahí sus alucinaciones.

-¿Qué?

-Es largo de contar, pero lo importante es que los de mi empresa la estarán curando, no te preocupes. Yo mismo voy para allá para devolverla a casa.

-Eres un cabrón, Enrique. Sabiendo todo esto la dejaste en la estacada, a tu futura nuera!¡La has uado de cobaya!

-Escucha, Alfredo. Si yo "cantaba", todos vosotros estaríais muertos. Ya sabes, mi empresa trabaja para el gobierno. Todo alto secreto. Puede que estén escuchándonos ahora mismo, asi que dejémoslo. Por el bien de todos, no llames a la policía. Te juro que yo me encargo de todo. Tu hija esta a salvo. Dame tres horas y tomará su leche caliente en el psiquiátrico.

Silencio. Elsa se imagina como los engranajes mentales de Alfredo buscan la mejor opción.

-Una hora.

-Dos horas, Alfredo.

-Crees que soy un moro en un bazar. Una hora o llamó a la policía y a la mierda con todo.

-Te doy las gracias, Alfredo.

-No me des nada. Te juro que si en una hora mi hija no esta de vuelta en el centro, sana y salva. Ningún espía te hará lo que yo. Eric, después de toda esta mierda, no quiero que te acerques a mi familia nunca más. O te mataré con mis propias manos.

-Pero, Alfredo...

La llamada es interrumpida por el padre de Sandra. Eric esta pálido y con la boca abierta.

-Hijo, lo siento este final. Es lo mejor, si se traga lo del proyecto militar, no llamará a la policía.

Eric se quita el cinturón e intenta agarrar a su padre del cuello:

-Maldito chiflado. ¡Era mi prometida! Siempre has destrozado todo lo bueno en nombre de la ciencia!¡Te odio!

En su forcejeo, Elsa recibe un golpe en plena cara por el codo de Eric. Esto provoca que pierda el control del coche y grite a pleno pulmón:

-Parad!!! ¡No veo nada!¡Estaos quietos!!!

El coche sale despedido contra el guarda-raíl, el primer choque produce una lluvia de chispas y un ruido metálico horroroso. El utilitario rebota hacía el centro de la calzada, para volver acercarse a la protección.

El segundo impacto logra romper una sección de la misma y el bólido se precipita hacía un árbol cerca de una ría medio seca.El morro del coche golpea lateralmente el árbol, perdiendo el faro izquierdo y velocidad. Pero el choque no es suficiente para que la inercia logre girarlo en perpendicular a la zona de impacto.
La rueda trasera derecha pierde agarre al coincidir con el inicio de la vaguada de cemento creada para la canalización de la ría, esto provoca que el vehículo se incline por la fuerza del giro e inicie una serie de vueltas de campana, mientras cae hasta detenerse en el lecho de hormigón boca abajo. La poca agua que lleva la ría, es suficiente para que el habitáculo poco a poco se llene de agua.