La JukeBox del Pub

lunes, 29 de septiembre de 2008

El viajero: Vivir para jugar (y II)

-He ganado.

La voz del vagabundo no muestra emoción alguna, tan solo confirma el hecho.

La técnica Smithee había sido contra-arrestada por otra aún mejor. Una técnica desconocida para Evaristo. Era increíble, pero cierto, ese pordiosero había sido mejor que él.
-Pero, ¿Cómo?

-Lo siento, chico. Tal y como hemos acordado antes debes pagar.

El muchacho cree que el hombre solo quiere dinero, pero cuando se dispone a sacar su cartera, este se pone de pie y se aleja de la mesa:
-No, muchacho. No quiero dinero, enseguida te digo la forma de pago, pero permíteme ir al excusado. Ah! Si quieres habrá revancha, sé que ardes en deseos de saber como lo he logrado.
El vagabundo da unos pasos hacía el plástico protector, cuando su cuerpo traspasa la salida, Evaristo oye que este le grita:
-Y más curiosidad tienes para descubrir quién soy. Eso merece otra partida con su apuesta incluida. Estoy de vuelta antes que digas: Ay, caramba!.

El chico esta nervioso, apenas una hora antes, estaba esperando en la cola de embarque de su vuelo para ir a Iguazú a defender su título de campeón mundial de backgammon frente a su eterno rival: Argel Hwonty, el Dios de El Juego más Anciano de la Humanidad.

Ahora se había jugado su prestigio con un completo desconocido en una sala de espera en reformas del aeropuerto por que el vuelo tenía un retraso de tres horas, y porque el hombre le había intrigado.

Era cierto, Evaristo tenía curiosidad por saber quién era y como había ganado la partida.

Mientras dudaba en seguirle al servicio de caballeros, el hombre apareció por el plástico.

-¿Estás listo para pagar?
-Acabemos con esto, tengo solo dos horas y quiero la revancha.

El vagabundo sonrió.

-Bien, bien. Antes paga.

Evaristo se levanta y se acerca al hombre:

-Tu dirás.

-Quiero lo siguiente: Prométeme que cuando acabe la siguiente partida no subirás al avión.
Evaristo abre los ojos como platos. Su voz explota en la cara del hombre:

-¿Estás loco? Eso no es broma. Te pago una noche de hotel o una cena, incluso un traje, pero eso no es posible.

El pordiosero ni se ha inmutado; Sonríe, mientras habla relajadamente a la par que se va dirigiendo hacía la salida de la sala:

-El orgullo del campeón. En fin, eso significa que tienes poca palabra. Adiós Evaristo Mandros, profesional del backgammon. Suerte con tu vida.

El muchacho se queda paralizado un par de minutos: La ira ha dado paso a la duda y con ella el miedo a no desvelarla nunca.
Sus pies se mueven antes que su mente sea consciente de que sus manos ya han abierto la lona de protección.
¿Dónde esta el hombre?
Lo busca por otras salas, pero en ninguna hay a quién busca. "Soy estúpido." piensa el chico, cuando cree que ya no hallará al vagabundo, este se encuentra detrás de una silla, agazapado. Evaristo teme encontrarse ante un lunático que le ha tomado el pelo y que se esconde de él de una forma patética.
Cuando esta a punto de volver a la sala en reformas, el chico ve algo que le da esperanzas de volver a entablar una conversación con el trotamundos: El hombre está jugando al escondite con una niña de unos ocho años, que en ese momento se sube a la silla. El vagabundo sale de su escondite y abraza a la cría.
Evaristo observa como la deja en el suelo y mira hacía él. Sus ojos se cruzan y el vagabundo mueve la cabeza asintiendo. Su mano acaricia la melena pelirroja de la pequeña, y finalmente, habla con los padres de esta, para luego dirigirse junto al chico.

Al llegar delante del muchacho, el pordiosero habla en un tono normal, sin jocosidad en la voz:

-Parece que la curiosidad venció al orgullo herido. Bien, antes quiero tu promesa. Si no, hay una niña aburrida que desea jugar.

Cuando se refiere a la pequeña, esta levanta la cabeza y saluda al hombre de espaldas a ella. Por increíble que parezca, este levanta la suya respondiendo a la niña. Sin haberla mirado tan siquiera.

-¿Qué me dices?
Evaristo esta histérico. Ese dilema era una tontería. Con la cabeza fría habría mandado a freír espárragos al individuo, pero con esa duda en su mente...
-Acepto, pero ¿Qué tal si mientras jugamos la partida, solo por placer, me cuentas quién eres y como lo haces?
El desconocido ríe ampliamente a la vez que posa su brazo sobre los hombros del muchacho, con ese gesto le conduce hacía la sala en obras:
-Ja, Ja, muy bien tu ganas. Jugar por placer y una historia que contar.

A medida que avanza la partida, Evaristo empieza a creer de nuevo que esta ante un pobre loco. Un genio del juego, pero loco.

Nada más sentarse ante el tablero de juego, el hombre había empezado a desgranar una fábula de lo más extraordinaria: Según este, llevaba viajando desde este aeropuerto hacía ya más de tres años, pero la fecha de salida era de mañana.

Al parecer su teoría era la de que si alguien volaba siempre hacía el este,iba ganado tiempo al tiempo y volvía al pasado.

El vagabundo afirmaba que conocía el secreto, por que había sido salvado por otro viajero que le hizo prometer que cuando conociera a alguien que mereciera ser salvado, comenzaría su propio periplo para lograrlo. Con el elegido sano y salvo,  debía explicarle las normas para que, a su vez, este iniciara otro viaje.
Para el pordiosero, Evaristo era el elegido: Desde su salvación, había elegido esperar su momento y su discípulo en esta ciudad, pero él era de otro sitio muy lejano.

El hombre empezaba ha ganar a Evaristo, pues el chico estaba frustrado por saber que un posible rival fuera un perturbado.

-Evaristo, sé que todo esto parece una idiotez, pero te aseguro que si te he podido ganar no es por que yo sepa jugar. Sencillamente, la primera vez que jugué contigo me enseñaste las reglas y me confesaste que preparabas una técnica infalible: La Smithee. Durante estos tres años de viaje he aprovechado esto para saber como vencerte.

El hombre saca de su mochila una PDA, en su pantalla hay solo un icono: el mejor simulador de backgammon para ordenador.

-Programé tus movimientos y por fin llegué a encontrar tu Talón de Aquiles. Así podría impresionarte y hacerte renunciar a tu vuelo. Por cierto, te he vuelto a ganar.

El chico esta hastiado, a ese hombre le faltaba un tornillo, y le había logrado hacer creer que estaba cuerdo con su amabilidad, pero al mostrarle el simulador creyó que lo iba a estrangular.

-Yo no había jugado nunca antes con usted. Caballero, le felicito por su memoria fotográfica, pero eso no es jugar. Ya he perdido mucho tiempo, si me disculpa me gustaría estar solo los pocos minutos de espera.
El vagabundo no muestra ninguna emoción. Su voz nuevamente suena tranquila y pausada:
-Esta mañana has jugado con un recepcionista de tu hotel. Mientras esperabas el taxi que te ha traído hasta aquí. Crees que durante mi preparación no trabajé, en realidad, cuando me salvé ya empecé a viajar al pasado para ir ganado tiempo, esta es la segunda vez que estoy aquí. La primera fue cuando vi el accidente, y ahora por que ya elegí a mi protegido: Tú.
Evaristo se sorprende recordando al recepcionista simpático que le pidió sí podía ayudarle a mejorar su juego. Y parecían hermanos, pero de ahí a ser la misma persona...

-Es descabellado, pero ahora estas a salvo. No subirás al avión y yo podré ser libre de recuperar mi vida anterior junto a mi novia que me apoya y espera mi regreso en casa.

Evaristo recoge sus cosas y se dirige a la salida de la sala:

-Es usted un pobre loco. Siento que su habilidad le haya reportado una vida mejor, pero le deso lo mejor. Sepa que voy a subir a ese vuelo a pesar de todo. Buenas noches y buena suerte.

Cuando sale por el plástico, el vagabundo levanta la voz, pero sin ningún tipo de acritud:

-Puedes intentar ser una persona mejor, cuando inicies el viaje al pasado aprenderás a serlo. Buena suerte en tu búsqueda del elegido.
Un poco más tranquilo, Evaristo se dirige hasta el mostrador de la compañía aérea. Para su sorpresa hay un bullicio de gente, entre ellas, la señorita que le atendió antes esta llorando con el teléfono en mano, cuando levanta la vista, la chica sale disparada en su dirección hasta abrazarle.

-Dios mío, esta vivo! Pero, ¿Por qué no subió?

-De que me esta hablando, y por que me esta abrazando, señorita Perty!

La muchacha ríe y le mira a los ojos:

-Siempre tan amable, a pesar de haberse salvado de la muerte. El avión ha rodado por la pista y ha explotado en pleno despegue. Eres el único que no ha subido a él. Aunque te avisamos de la salida antes de tiempo por los altavoces, no te has enterado y eso te ha salvado.

Evaristo se quedo en blanco durante unos minutos, abrazado a la azafata.

-Dime una cosa, Wendy. ¿Hay algún vuelo que vaya hacía el este que salga pronto?



2 comentarios:

Susana dijo...

q sepas q he leido varias veces el post, pero estoy de un vago q no veas...ainssss pos na q un beso q ya comentare con mas ganas jajjaja

Blackjoker dijo...

Tranquila, lo importante es disfrutar.Besos a toDOS. aH! r2=mc.