La JukeBox del Pub

miércoles, 29 de octubre de 2008

El viaje

-¿Ya has ordenado la caseta del jardín?
-Si, querida. Todo esta dentro y en su sitio. ¿Y tu, cariño, tienes toda la ropa en las maletas?
Su esposa sonríe:
-Todo dentro y en su sitio. Bueno, solo nos queda que te duches y te pongas la ropa adecuada, querido.
-Ahora mismo me voy a la “lavadora”. ¿Cuál me pongo?
-Te he preparado dos distintas. Elige tu, al fin y al cabo, algún día tenias que decidir que te pones.
Emilio ríe abiertamente:
-Si. Después de cincuenta y seis años casados, por fin me dejas elegir mi ropa. ¡Caray! Si lo llegó a saber, te propongo este viaje antes.
-¡Tonto!
Alicia le palmea el hombro y se dirige a la habitación.
Mientras su cuerpo se relaja al contacto con el agua caliente, sus pensamientos recorren todo el preparativo del viaje. De su boca nace un tarareo. Emilio esta feliz.
Desde que hace sesenta años habló por primera vez con su mujer, siendo ambos unos recién universitarios, habían compartido de todo: alegrías, tristezas, como cualquier matrimonio.
Pero en los últimos meses, todo había cambiado. Ese viaje era una solución lógica dentro del caos. No sabía que había obrado el milagro.
A pesar de todo, eso le hecho recuperar la esperanza: Su amada Alicia volvía a estar con él y ya no la dejaría marchar nunca más.
Salió de la ducha y con calma se preparó para el afeitado. Cuando estaba en la segunda mejilla, Alicia entró en el baño:
-Me dejas acabarlo. Te prometo que no me temblaran mucho las manos.
-Tranquila, esta cuchilla esta tan gastada y mi piel esta tan curtida que poco daño puedes hacerme.
Alicia mantiene un pulso envidiable, como si nunca hubiera tenido esos terribles temblores.
-He pensado que sería mejor llamar a los chicos. ¿Cuándo les llegarán las postales?
-Tranquila, es mejor darles la sorpresa cuando lleguemos. Si no, pueden impedirnos hacerlo. Ya sabes como es Juan, él se ha declarado nuestro protector. Pobrecillo, y pensar que de crío era el enfermizo de los dos...
-Quizá, precisamente por eso cree estar en deuda con sus padres, y también un poco como “venganza” a nuestros tiempos de sobre protección para con él, le han hecho serlo con nosotros.
-Es un hijo ejemplar y me siento muy orgulloso de ser su padre.
Alicia acaba el afeitado y toma el frasco de loción, mientras su marido se lava la cara.
-Anna también es una excelente hija. Quién nos iba ha decir que después de su etapa rebelde cuando era una adolescente problemática, llegaría a ser una súper-mamá con un trabajo increíble y unos niños tan educados.
Emilio se abraza a su mujer y le besa en los labios.
-Soy muy afortunado. Tengo a mis nietos, a mis hijos. Y sobretodo te tengo a ti, mi querida “florecita”.
-Ídem, mi amado “payasito”.
Alicia le masajea la cara con la loción y termina robándole un beso a su marido.
-Date prisa en vestirte.
-Si, milady.
Emilio le da otro beso a su mujer.
Minutos después, Emilio esta poniéndose los zapatos que usó en su boda. Hacía más de medio siglo de aquello. Pero debido a su maniática obsesión de guardar las cosas asociadas a los recuerdos más importantes de su vida, el calzado había sido casi venerado.
De hecho, recordó Emilio atándose uno de los cordones, esta sería la cuarta vez que se los ponía, las otras dos ocasiones fueron en sendas bodas de sus vástagos: Su hija mayor, Anna, (estaba radiante) y su hijo Juan (en su fiesta, parecía un gentleman).
-Cariño, esta listo?
-Ya estoy! Enseguida salgo.
Al salir del vestidor, Emilio observa a su mujer. Esta radiante, se ha puesto el vestido de que usó en la última fiesta de Navidad. Elegante y discreto, pero que realzaba su cuerpo de un modo casi erótico: “Dios mío, a esta edad y aun con pensamientos obscenos”.
-Estás increíble, querida. Si no fuera tan tarde...
-¡Sátiro! Ahora has llegado tarde, nada de nada, señor mío. Habérmelo propuesto una hora antes. ¡Hala, castigado!
Emilio toma por sorpresa a su mujer, y esta apenas es consciente de lo que ocurre cuando su cuerpo choca bruscamente con el colchón. Emilio la ha empujado suavemente hacía la cama.
-Oye, que me vas a arrugar el vestido!
Su marido se impulsa y cae a su lado abrazándola:
-Tsk, eso esta muy mal, señorita, provocar a un hombre con sus encantos y luego, rechazarle... eso es malo, en mi pueblo ha eso lo llamábamos ser una...
-Alto ahí, señor Robles. Esta usted insinuando algo...
-Si que la quiero para mí solo, la amo señorita Busquets. ¿Quiere casarse conmigo por segunda vez?
-Hum, es poco romántica la situación, pero acepto.
-Bien, en ese caso creo que podemos empezar nuestro viaje.
-Estoy de acuerdo con usted. Ponemos música.
-Por favor.
-¿Alguna sugerencia?
-Nuestra canción.
Alicia acciona el equipo de música:
-Ha sido un placer vivir a tu lado.
Sus ojos empiezan a humedecerse.
-A pesar de ser ateo, Dios me dio un regalo que jamás creí que pudiera aceptar. Pero por suerte, jamás fui tan creyente como cuando me uní a ti en aquella ermita de tus abuelos. Te amo, Alicia.
Emilio lloraba abiertamente. Ambos bebieron de sus respectivas copas de cava y se tumbaron juntos en la cama. Abrazados.
Tres meses después, Anna, su hermano Juan y sus respectivas parejas, se embarcaban en un yate alquilado para la ocasión.
Durante el trayecto, los dos hermanos hablaron en privado:
-Por que tuvo que pasar justo aquel día. Si yo hubiera estado en la ciudad...
Juan mira a su hermana y empieza a llorar:
-Cuando los encontré abrazados y vestidos en la cama, no supe lo ocurrido. Pero, cuando me llegó la postal... No creí lo que leía.
Juan sacó del bolsillo de la chaqueta una postal de su ciudad:
-Papá me envió esta postal, indicándome que había un documento oculto en la caja fuerte de casa.
-¿De que me hablas, Juan?
Su hermano esta nervioso, y Anna nota que tiene un gran peso que le oprime el estomago.
-Mamá había vuelto a ser ella misma. Sé que parece un milagro, pero papá me comentó que había estado bien durante ese tiempo, sin ningún sintoma. Entonces, hablaron sobre que hacer... Y cómo decirnos la verdad.

-Pero, eso significa... ¿Qué no fue un accidente?
-No.
-Pero, quieres decir que ellos eligieron. Que se...
-Encontré el documento: En él contaba que todo estaba preparado para hacer creer a todo el mundo que la fuga de gas los había matado por sorpresa, pero en realidad... querían dejar este mundo juntos.
-¿Porqué?
-Mamá quería terminar su vida con dignidad.
-Pero mamá no estaba en sus cabales.¿Cómo pudo papá aceptar su propuesta?
-Anna, te lo he dicho. Las dos últimas semanas, mamá había vuelto a ser normal. Para papá, aquella mujer que le reconocía, volvía a ser la misma que había convivido con él toda su vida. Y no ese ser con el cuerpo de su mujer y una mente vacía, que apenas podía sostener una cuchara. Papá quiso irse con su mujer y no con una anciana amnésica.
-¿Y nosotros? ¿Acaso no éramos su familia?
-Si. Pero nosotros ya estamos con alguien, y en tu caso, tienes hijos con quién vivir.
-¿Porque los defiendes?
Juan saca un sobre de su maleta:
-Esto también es para ti. Yo lo leí el mismo día, no quería decirte la verdad. Pero llevo semanas con pesadillas y creo que debes saber lo que querían decirnos por última vez.
Anna tiembla al notar el papel en sus manos, entre las lágrimas vislumbra la letra fina y elegante de su padre:

“ Queridos hijos, esta es una nota de despedida, en nombre de vuestra madre y en el mío. Ella ha insistido que sea yo quién os escriba porque ya sabéis que dice tener letra de médico y que con sus achaques, esto parecería un jeroglífico y no una carta de amor.
Si. He escrito bien, una carta de amor:
Os amo como nunca he amado a nadie. Ni tan siquiera a vuestra madre la amaré jamás tanto. Pero, ahora sois independientes y tenéis vuestra propia familia. Cuidad de ella y sed dignos del amor que os profesan, cualquier sacrificio para con ellos será poco. Recordad los valores que vuestra madre y yo os hemos transmitido. Os pedimos, que nos perdonéis cualquier daño que os pueda hacer el haber elegido irnos de “viaje”. Sobretodo quiero que me perdonéis a mi especialmente, por no quedarme con vosotros, pero mi Alicia no puede viajar sola, debo ir con ella. Es mi decisión y quizá me lleguéis a creer loco, pero es mi vida y yo he elegido hacer creer a Alicia que se iba sola, pero le mentí. Esta ha sido la única vez que la he mentido. Espero que me lo perdoné algún día.Os amamos infinitamente.
Disfrutad de una larga vida y no olvidéis.
Atentamente:
Alicia y Emilio, vuestros papás.”
Su hermano la esta abrazando, por que casi se cae por la impresión.
-Jamás pensé que lo tuvieran planeado de ante mano.
-Cuando Tío Ernesto murió por una enfermedad degenerativa, mamá le dijo a papá que jamás le permitiera llegar a ese nivel de sufrimiento. Papá acepto si a cambio ella prometía otro tanto. Para él vivir más que ella era un sufrimiento insoportable: Así que, papá lo encajó como si fuera era un enfermedad incurable, y decidió acompañarla.
El barco se detiene a unas millas de la costa, justo donde habían lanzado las cenizas de sus padres.
El marinero les indica que ya han llegado. Anna lanza unas rosas amarillas al mar. Juan, a su vez, deja un barco de papel que con el oleaje, apenas aguanta unos segundos a flote.

-Por fin he logrado aprender a hacerlos. Como veis este flota poco, pero pronto lo lograré. Os quiero.

-Feliz aniversario de bodas, papá. Mamá.

FIN



1 comentario:

Susana dijo...

ha sido precioso, triste, romántico, tierno, me han dado ganas de acurrucarme jeje por un amor así, tb es muy jodido el pensar en esa enfermedad tan difícil...en fin, hiciste un cóctel de emociones con esto, que lo sepas.