La JukeBox del Pub

jueves, 27 de noviembre de 2008

El Gran Edgarini

-Eso es lo que opinas de mí. Soy un inútil.
El anciano pone sus manos encima de la mesa de despacho, un ligero temblor acompaña la rigidez de sus dedos al intentar aferrarse a ella.
-No he dicho eso, Edgar. Pero tiene que comprender que tarde o temprano llega la hora de rendirse a lo evidente.
El joven que se halla sentado en su gran butaca, señala hacía las manos del anciano.
Este las esconde rápidamente en los bolsillos desgastados de su chaqueta más que pasada de moda.
-Ese no es el problema. Sigo siendo muy bueno, y todavía asombro al público.
-Edgar... Hasta este sábado, era el Gran Mago Clown Edgarini. Pero sus manos están fallando y eso amigo mío, es el fin de sus trucos.
-Números.
-Perdón. Siento ofenderle. Números y no trucos. Sé que para usted la disciplina de transmitir emociones con la prestidigitación es un arte mayor. Y más si lo hace detrás de una nariz roja, pero precisamente por eso. No cree, ¿Qué es mejor retirarse en el cenit de una carrera maravillosa, y no caer en lo patético?
Ante el asombro del joven, el anciano hacer aparecer su mano izquierda con cinco pelotas rojas apenas a rozar los labios del joven, que en su afán, se ha levantado de su butaca para sentarse encima del escritorio.
-¡Hopla! ¿Esto es patético?
Justo al terminar de decirlo, su mano tiembla desperdigando las pelotas por todo el suelo del despacho de Ramírez & Ramírez Agentes de Artistas.
El joven ayuda a recoger las pelotas al viejo, intentando no perder ningún pedazo del orgullo del hombre.
-Edgar. Hacerse mayor es una gran putada. Y nadie quiere aceptarlo, usted como gran artista menos todavía. Su magia, su poder. Todo puede venirse abajo si la edad no permite a su alma manifestarse con esa nariz y estas pelotas rojas. Escuche, piénselo: Deje los grandes teatros y dedíquese a enseñar a los jóvenes su talento. Puede que alguien llegue a ser su mejor heredero.
-Jamás.
El anciano levanta su cabeza lo máximo que su dolorida espalda le permite. Recoge su sombrero de fieltro, y da un portazo al salir.
Mientras baja con el ascensor esta a punto de llorar. El chico tiene razón. Es un viejo patético aferrándose a un ideal: Que podrá morir a pie de proscenio. Pero su enfermedad es implacable, ni siquiera respeta su esencia.
Desde que conoció a Ramón en el servicio militar, hacía ya más de... ¿Cuánto? ¡Cincuenta y seis años, ya!
Aquellos dos años tenía que ser una tortura, pero al conocer a ese muchacho hijo del circo, descubrió el mundo de la magia.
Aquello fue una revelación. Ser mago era increíble. Ramón solo sabía cuatro trucos... números, le había recalcado, Ramón: El truco es para engañar a alguien, los números son para compartir con ilusión de ahí el nombre de ilusionismo.
Para Edgar, aquella pequeña perla del saber, fue como infectarse. Había probado el sabor de la magia. Y ya jamás deseo otra cosa en la vida: Ser ilusionista.
Al volver a la ciudad, decidió que seguiría con su trabajo en una lampistería como segundo oficial. Pero en su tiempo libre buscaba alguien que pudiera enseñarle más magia.
Estuvo casi un año sin encontrar con quién aprender, pero lo logró un día casi por casualidad: El propietario de “Humos y Espejos”, Amalio Estévez.
El viejo sale del edificio de oficinas, hace frío y apenas hay gente por la calle. Decide ir a ver Amalio y hacer su último número: Desaparecer de escena.
De la pequeña tienda apenas vende algo. Amalio solo la usa como museo a su vida dedicada al diseño y venta de aparatos e instrumentos para el mago.

Al abrir la puerta y oír las campanillas, Edgar vuelve a sentir la misma emoción que lustros atrás le embargó cuando entró por primera. Esta sería la última.

-Hola, Edgar. Pasa, pasa. Estoy haciendo inventario.


Continuará...



5 comentarios:

Bloggesa dijo...

¿Sabes? Hace menos de dos semanas estuve haciendo un curso de magia...
Cuerdas, esponjas, barajas, dados...
¡Estuvo genial!

Susana dijo...

uy bloggesa yo voy hacer uno, en madrid con ana tamariz, jajaja quieres repetir?

oyeeeeeeeee has decorao esto navideño jajaja que fasionnnnnnnnnnnnnn

Bloggesa dijo...

Susana, ya me estás informando. Hice el curso con un alumno de la escuela Tamariz. ¿Hacen falta conocimientos previos?

Susana dijo...

No solo ganas jajaja te mando un mail con mas info...sabes quien da la intro? jiji el mismisimo juanillo jajajaja

Blackjoker dijo...

Así que haciendo "magia" por ahí, eh?

vaya, vaya que envidia. a mi con mi torpeza natural siempre me ven el "truco", perdón el numero. ;-D

Si es fashión, pero pensé en ni cargar tintas, por que pronto intentaré cambiar de look al blog, siempre que me salga bien la nueva plantilla. Besos a todos. BJ.